ECOTIP DE LA SEMANA
* HUELLA HÍDRICA *
El agua dulce es un recurso natural
cuya demanda sigue creciendo pero su disponibilidad es cada vez más limitada.
Nuestra huella hídrica como especie ya superó los niveles de sustentabilidad,
eso significa que su reserva peligra para las generaciones futuras.
Los seres humanos usamos una gran
cantidad de agua para tomar, cocinar y lavar. Pero utilizamos todavía más en la
producción de bienes como alimentos, papel, prendas de algodón, etc. La huella
hídrica se refiere a los volúmenes de agua consumidos y contaminados
que están “detrás” de nuestro consumo diario. Es un indicador de uso de agua
que tiene en cuenta tanto el uso directo como indirecto por parte
de un consumidor o productor. La huella hídrica de un individuo, comunidad o
comercio se define como “el volumen total de agua dulce que se utiliza para
producir los bienes y servicios consumidos por el individuo o comunidad así
como los producidos por los comercios”.
El interés por la huella hídrica
tiene su origen en el reconocimiento del impacto humano en los sistemas
hídricos y que temas como la escasez o contaminación del agua pueden ser mejor
entendidos y gestionados considerando la producción y las cadenas de
distribución en su totalidad.
Como individuos hay muchas cosas
que podemos hacer para reducir nuestra huella hídrica directa: usar inodoros
que ahorren agua, cerrar las canillas cuando nos lavamos los dientes, arreglar
goteras, regar de noche, plantar plantas que necesiten poca agua, etc.
Ahora, la huella hídrica indirecta
–la contaminación y consumo de agua detrás de los bienes que compramos- es
mucho más grande que la huella hídrica directa que generamos en nuestras casas.
Una de las cosas que podemos hacer para reducirla es empezar a reemplazar los
productos que consumen mucho agua para ser producidos por otros que consuman
menos. Por ejemplo: comer menos carne o convertirnos en vegetarianos, tomar té
en vez de café, o tomar simplemente agua. Para esto es necesario investigar y
pedir a las empresas que nuestros productos lleven especificado su consumo de
agua. También tenemos que pedir reglamentaciones a nuestros gobernantes..
A nivel país, en varias partes del
mundo sucede que muchos países han externalizado significativamente su
huella hídrica al importar desde otros lugares bienes que requieren un alto
contenido de agua para su producción. Este hecho genera una importante presión
en los recursos hídricos de las regiones exportadoras, donde muy a menudo existe
una carencia de mecanismos para un buen manejo y conservación de los recursos
hídricos. En otras palabras, se aprovechan de las legislaciones débiles.
Entender
esto es parte importante del proceso de aprender a cuidar nuestra agua dulce y
potable, agua que es escencial para nuestra supervivencia y la de las
generaciones futuras.
Abajo les
dejamos algunos datos del consumo de agua de varios productos que consumimos a
diario. Algo que los va a dejar pensando un rato:
- 13.000 litros de agua son necesarios para producir 1
kg de carne de vaca;
- 3.920 litros de agua para producir 1 kg de pollo;
- 3.000 litros de agua para producir 1 kg de arroz;
- 2.700 litros de agua para producir 1 camiseta de
algodón;
- 2.000 litros de agua para producir 1 kg de papel;
- 140 litros de agua para una taza de café;
- 230 litros de agua para un gramo de oro.
Fuente: WaterFootprint.org